De repente, como que se ha vuelto costumbre estoy nuevamente montada en un avión. Para ser sincera, no es que sea de mi agrado, sin embargo, he trabajado con los miedos y ansiedades que provoca estar sentada en un avión cada tres meses, y eso es mucho. Sin embargo, por lograr cumplir las metas de Hemmyr es que lo imposible se ha vuelto possible. De todas maneras, como parte de la costumbre, es importante siempre buscar la forma de poder identificarnos con lo cultural e histórico. Perdimos un vuelo, por lo cual tuve que hacer los arreglos para poder disfrutar todo de manera más concentrada. Los hoteles todos estaban llenos, por lo cual comenzó la búsqueda de un B&B que pudiese estar cerca de nosotros para poder cubrir las necesidades que en ese fin de semana sobrevenían. Y así fue, conseguí un hogar pequeño (Tiny Home) a 10 minutos como máximo del lugar de encuentro. Ese día fue de locura total, sin embargo, divino por demás. El sábado, lleno de muchas emociones y diversión. En la noche nos fuimos de paseo hacia el Tavares Downtown, un lugar lleno de mucha historia. Mientras, llevé a Hemmyr a cenar desayuno, pues sí, desayuno. Siempre ha sido una cualidad de él, desayunar en cualquier momento, no importa si es en la mañana, tarde o la noche. Nos dimos un paseo por toda el centro histórico y encontramos un riel del tren, una casa sin precedentes y los aviones de agua que distinguen a la ciudad de Tavares.
El domingo, fue un poco más relajado, aunque lleno de mucha adrenalina. Los juegos se llevaron a la hora establecida. Lástima que no pudimos llegar a la Semi Final. Ya en la tarde fue de preparación para dirigirnos hacia Orlando camino a Puerto Rico. Nuevamente, nos llevamos otra experiencia deportiva para mantenernos activos jugando. Y poder cumplir con las metas y objetivos establecidos hacia la NBA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario