Nos montamos en avión. Como que le he tomado un gustito al volar. Reconozco aun que me pongo super nerviosa a la hora de montarme en un avión. Hasta ahora, sólo es el despegue. Voy poco a poco desprendiéndome de los temores. Hasta el momento, voy procesando todas y cada una de las aventuras a las cuales requiere el estar encerrada o las alturas. Así que nos fuimos para Orlando a representar a Puerto Rico y porque no, exponernos en el deporte del Baloncesto. Algo que le apasiona a Hemmyr. En algún momento, o para ser específica en mi cumpleaños el me escribió una hermosa carta en donde me dice y cito "ERES MI REINA, VOY A TRABAJAR, VOY A ESTUDIAR Y PRACTICAR PARA SER PARTE DEL EQUIPO NACIONAL DE BALONCESTO DE PUERTO RICO Y TU NO TENGAS QUE TRABAJAR. ME TOCA DEVOLVERTE TODO LO QUE HAS HECHO POR MI" TE AMO.
Y con esas palabras tan bellas, me comuniqué con Papá y no hubo duda alguna de que pudiera participar en dicho torneo. Ahí es cuando me dice de igual forma: Le puedo poner a mi uniforme el apellido de mi Papá, por su puesto le dije. Una vez llegó su uniforme, recapacita y me dice "le debí haber puesto tu apellido, eres tú la que siempre estás a mi lado y apoyándome.
Y es que soy afortunada, tengo un hijo consciente, sensato y sumamente prudente.
Y nos recibieron a las 10:30 a.m. y eso fue directito a comer y no debe faltar la cervecita para irnos ambientalizando con las nuevas aventuras a las cuales estabamos a punto de experimentar. Y es que nos fuimos para Chick - Fil - A...
Hemmyr tuvo la oportunidad de disfrutar varios días con su familia paterna. Eso fue excelente por demás. Es la segunda vez que nos reciben con los brazos abiertos y las que faltan. Ha sido divino todo este proceso paternal. Estas dos semanas han sido a otro nivel.
Luego de una cena espectacular a la luz de la Luna, exquisita por demás nos fuimos a divertirnos y a columpiarnos en International Drive, Orlando. La residencia es espectacular. Pudimos reunirnos en familia. Cómo extrañaba esos momentos tan divertidos que pasé en mi juventud al lado del Padre de Hemmyr. Nos reímos un montón, y porque no contemplar la oportunidad de mudarnos un rato. Fue impresionante la cantidad de turistas que se paseaban por la calle.
Los niños grandotes estaban antojados de pizza así que nos fuimos a la aventura de CICIS PIZZA... pero que divino. Y seguíamos compartiendo en familia. Para eso fue que fuimos. Una experiencia inigualable.
Y ya de madrugada regresamos a DOWNTOWN ORLANDO, lo que recuerdo fue la primera barra... que mucho caminamos, no dio tiempo para nada de tomar fotografías. Los boricuas que nos encontramos allá, fueron tan gentiles y amables que daba gusto quedarse a compartir. Y llegó la hora de montarme en el columpio. El mismo tiene una altura de 450 pies. Tengo que reconocer que tan pronto iba acercándose nuestro turno mis manos cada vez sudaban cada vez más, una vez ya en el columpio con el cinturón puesto, me di cuenta que no hubo marcha atrás... así que GO WITH THE FLOW.
Se me quedó el poder ir a visitar un parque de pelota. El AMWAY no estaba disponible para irlo a visitar. Aunque ya tenemos fecha para regresar, espero poder entrar al mismo.
Y llegué a Disney Springs, impresionante. Ese paseo me reconfortó bastante. Sigo celebrando mi cumpleaños feliz. El punto final lo era Magic Kingdom, así que ya mismo me espera. Y es que agarré las orejitas violetas, las volví a acomodar en el estante. Para mi sorpresa, y como siempre ando tan despistada me las compraron. Lloré por tan hermoso detalle. Y ya las tengo debidamente guardadas en mi hogar. Tienen un valor sentimental incalculable.
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