miércoles, 20 de abril de 2022

Saint Petersburg, Florida


Y es la obligación de querer siempre realizar cosas diferentes que llevan a tomar decisiones completamente variadas y diversas.  Esta vez, solo me costó decir: ¿tienes espacio para poderme recoger en el aereopuerto?  Necesito una pequeña estadía.  Yo me resuelvo con lo demás.  Y así fue, las manos amigas y los ángeles siempre están cuando más se necesitan.  Es por esto, que siempre hay que estar haciendo siempre el bien.  No se sabe cuando la vida te lo devuelva de unas formas que menos lo esperabas.   
Me fui de mi hogar con una mochila llena de muchas esperanzas de seguir alcanzando todo lo que me he propuesto.  Muy poca ropa.  Verifiqué por supuesto, el tiempo.  Sumamente agradable para estar en plena primavera.  Obviamente, no podía faltar el traje de baño, pieza indispensable en mi mochila viajera, la de la bandera de Puerto Rico.  Objeto sumamente preciado en todas y cada una de mis fotos, es mi copyright @.  
A sabiendas que estaría sola durante el día, procuré con anticipación de poder ir actualizándome y conociendo el área que estaría disfrutando.  Es una ciudad sumamente sencilla, práctica y súper fácil.  Y fui a alquilar un carro.  La experiencia,  igual que estar conduciendo en Puerto Rico, solo que me sentía estar conduciendo en mi nuevo hogar, y es que en efecto, se estaría convirtiendo en el próximo día y medio.  Muchos cambios atravesando, historias para contar llenas de mucha alegría al igual, habrá momentos en los cuales estaría llorando.  No obstante, lo más importante, estar con los brazos abiertos a los nuevos cambios, la nueva semilla de más AMOR PROPIO que estaría germinando en mi vida.

Aquí un poco de la ciudad tanto durante el día como en la noche. 





































 

martes, 12 de abril de 2022

De Carolina a Saint Petersburg, Florida

La vida tiene varias maneras de ponernos a prueba.  Créeme, no una, muchas formas.  Es ahí de donde uno puede identificar, en efecto de que estamos hechos.  Tengo a mi MEJOR AMIGA,  ALIDA quien me reafirma, eres fuerte, puedes con eso y mucho más, si has llegado hasta aquí, un chín más y listo.  La verdad es que desde el 2020 han sido cambios constantes, de 360 grados.  He tenido la bendición de contar con seres espectaculares, llenos de mucha luz, entendimiento, sabiduría, sobretodo la empatía para poder llevar conmigo o acompañarme en este caminar.  Ha sido sumamente diverso, lleno de muchas emociones no obstante, tuve la oportunidad de brincar el charco para ir a visitar a Saint Petersburg, Tampa.  

Mi viaje comenzó a las 10:30 p.m. en el Aereopuerto Luis Muñoz Marín, Carolina. Una noche lluviosa y fría.  No es la primera vez que viajo en la noche, esta vez el área de espera estaba sumamente tranquila.  Todos estaban en sus quehaceres tecnológicos.  A pesar de todo mi vuelo estaba pautado para las 2:09 a.m. pude ir bajando los niveles de ansiedad y poder identificar el ¿por qué? y ¿para qué?  Sin embargo, salimos a las 3:00 a.m. entre una cosa y otra.  Despegamos a las 3:15 a.m. 







Me tocó la ventana, pero me aseguré de que en efecto pudiese disfrutar del espectáculo de la ventana.  Sabiendo aun que en efecto la claustrofobia me pone de vez en cuando a prueba.  Lo más interesante del asunto es que cada vez que despega el avión tengo que tener la tranquilidad de poder soltar todo aquello que puede estar de más en la mochila que llevamos en la espalda.  

Y así fue, una vez comenzó a despegar el avión todo fue perfecto con la canción de Tercer Cielo, El Cielo es el límite.  Y así mismo, comencé a sentir un vacío y una ligereza en el cuerpo.  Dejar atrás, es un sentimiento tan gratificante.  Desearlo hasta alcanzarlo es llegar a lo máximo como individuo.  



Y en un abrir de cerrar de ojos amaneció.  Espectáculo jamás antes visto.  Esos colores son obra de nada más de nuestro Divino Creador.  Las fotos no le hacen justicia.  
El piloto por alguna extraña razón tenía mucha prisa en llegar a Tampa, literalmente voló a las millas de chaflán, ya a las 6:15 a.m. habíamos aterrizado.  Y comenzó mi aventura por el tren, me encanta la transportación.  Todos los aereopuertos tienen un no se qué, un que se Yo tan divino.  A esa hora ya estaba repleto de todo tipo de personas.  Desde profesionales hasta pijamas andando.  Yo, por mi parte, estaba atenta a todo aquello que pudiera tomarle fotos. 



Llegó Tito a recogerme por el área roja del aereopuerto.  Fue una sensación divina.  Tener que viajar de Puerto Rico a Tampa para poder compartir.  Y así fue. 
Los colores al amanecer, no tienen precio.  Y nos fuimos a desayunar para Panera.  Lo demás... aventura en su máxima expresión.





 Y que comience, más bien que continúe el día...


 



 

Los 7 Chorros, San Lorenzo

Puerto Rico esta últimamente "on fire" con el calor intenso.  Así que luego de un juego de baloncesto de Hemmyr, nos cambiamos de ...