Y como es de esperarse, nos fuimos en celebración del Día de Madres. En la vida llegan personas extraordinarias que logran compensar todo aquello por lo cual estemos atravesando. Y es que estos dos hombres han logrado cuidarme y protegerme en todo el proceso que estamos enfrentando a diario.
No dejo de dar gracias, un fin de semana lleno de mucha aventura, gastronomía, paseos y porque no, un chin de descanso de la rutina diaria.
Y nos levantamos temprano, como de costumbre para realizar las actividades mañaneras del domingo. No sin antes haber llamado a todas aquellas madres que están en mi círculo más estrecho. Luego a compartir con un hombre maravilloso y mi chico.
La comida exquisita, el día invitaba para estar debajo del palito y que el viento siguiera acariciándonos. Decidimos seguir emprendiendo vuelo a la aventura.
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